Es muy posible que hayas pensado algo así, si estás montando tu negocio: «Al principio, todo son gastos». «No he abierto la puerta, y ya llevo gastada una barbaridad». Iniciar tu proyecto emprendedor es ilusionante, pero también es un choque con la realidad. En este contexto ¿merece la pena contratar una asesoría o es un gasto que puedes ahorrarte?
Voy a decírtelo a las claras: no hay nada en tus obligaciones fiscales o contables que no puedas hacer por tí mismo. La razón es bien simple: todas se derivan de alguna normal legal, como puede ser el Reglamento del IVA o la Ley de Facturación. La ley tiene que ser pública y accesible a todos los ciudadanos, así que nada te impide acudir a las páginas de la Agencia Tributaria y leer tú mismo todo lo que ahí pone.
Por ejemplo, en esta dirección puedes encontrar el manual práctico del IVA de 2021:
https://sede.agenciatributaria.gob.es/Sede/ayuda/21manual/IVA.html
Ahora bien, una cosa es leer la ley, otra cosa comprenderla y otra muy distinta aplicarla correctamente. La ley tributaria suele ser bastante compleja, porque abarca un enorme número de posibilidades y escenarios. La ley no cubre sólo tu caso, sino el de todos los ciudadanos. Incluso aquellos que se dan de forma muy esporádica. El problema es ¿cómo sabes cuál es el más adecuado a tu situación?
Para tomar una decisión así, tendrías que tener en cuenta la diferencia que hay entre una gestoría y una asesoría. Aunque de forma habitual son términos que se usan de forma intercambiable, no son lo mismo. Una gestoría es más bien un «tramitador» de expedientes administrativos, lo cual puede ser muy útil. Saber qué formulario hay que presentar, ante qué organismo, en qué plazo y con qué información es algo que tiene valor. No es evidente y hace falta experiencia para hacerlo bien. Una asesoría hace algo más, porque no sólo te hace la tramitación, sino que te orienta en cuál es el caso más adecuado a tu situación.
La otra razón por la que puede merecer la pena contratar una asesoría es para que aproveches tu tiempo al máximo. Es cierto que, si haces tú la contablidad, te ahorras un dinero. Si haces la presentación de impuestos, te ahorras un dinero. Pero todo el tiempo que dedicas a hacer eso no lo estás dedicando a generar negocio. Así que la verdadera pregunta no es si puedes ahorrarte ese «gasto» (si lo consideras un gasto), sino si es rentable hacer ese gasto. Si dedicas dos horas a la semana a estas funciones, son dos horas que no atiendes a tus clientes, que no generas ingresos. Si lo que dejas de ganar es más que el coste de subcontratar la asesoría fiscal, estás perdiendo dinero. Y dos horas es muy optimista.
Además, aunque lo hicieras todo bien (que ya es complicado) tendrías que dedicar bastante tiempo a estar al día. La normativa no es fija, sino que cambia continuamente. Los tramos, desgravaciones, conceptos y situaciones cambian de un año a otro e incluso varias veces dentro del mismo ejercicio. ¿Y si cambias de comunidad autónoma? ¿Y si amplías tu negocio al extranjero? ¿Y si superas un umbral de facturación? Las asesorías siempre lo van a hacer mejor que tu por la misma razón que tú haces tu trabajo mejor que los demás: nos dedicamos a ello profesionalmente, todos los días.
El personal de una asesoría ha visto muchas más situaciones en un año de las que puedas ver tu en toda tu vida. Está actualizándose todos los días y tienen medios (como aplicaciones contables) mucho más completas que las que puedas usar tu. Si valoras tu negocio y crees que lo que hace tiene valor para tus clientes por tu especialización, experiencia y continuidad, esas son las mismas razones por las que deberías valorar la aportación que puede hacerte una asesoría.
No lo veas como un gasto, míralo como un depertamento que subcontratas de forma muy optimizada. Es como tener un asesor fiscal, contable o laboral plenamente dedicado a ello, pero que sólo te cuesta el tiempo que dedica a tu negocio. Y así tú puedes dedicarte a hacerlo crecer y funcionar. Que es lo que de verdad te apasiona.
Si quieres saber más cosas sobre todo lo que te conviene saber al iniciar tu negocio, te recomendamos que leas la Guía de Supervivencia Fiscal y Tributaria para Emprendedores, escrita por nuestra gerente, Amparo Rodríguez, y nuestro especialista en gobierno y tecnología de empresas, Rafael Morales.